
La Constitución, un decir
Continúa el debate sobre jueces en comisión
El contrincante ausente
Dicen que Ronald Dworkin tenía una capacidad única para presentar los trabajos de sus invitados en el seminario de filosofía de derecho que presidía en la Universidad de Nueva York. Primero los hacía sentir sumamente a gusto con la situación. Durante la primera hora se dedicaba a llevar a cabo la mejor reconstrucción posible de la tesis o de los argumentos del autor. Incluso, dicen que la reconstrucción de Dworkin era mejor que la desarrollada en el trabajo. Sin embargo, el panorama rápidamente cambiaba durante la segunda hora cuando Dworkin pasaba al ataque exponiendo todos los inconvenientes teóricos del paper.